Jesucristo es Dios mismo nacido en carne humana. Él vino a esta tierra, enviado por Dios Padre, para morir por nuestros pecados, para que tú y yo pudiésemos entrar en relación correcta con Dios.
Como seres humanos, podemos conocer al Creador del universo, a Dios mismo. De hecho, Dios anhela que tú tengas una relación personal con Él. Esa relación empieza en el momento en que abres tu corazón a Cristo y le entregas tu vida. Al hacerlo, comenzarás una nueva etapa de vida, una etapa en la cual todo empezará a ser transformado por los planes y propósitos de Dios.
Si deseas comenzar a experimentar la vida de Dios operando en ti, puedes hacer esta oración:
Padre celestial, yo me acerco a ti en el nombre de Jesucristo. Me arrepiento de todos mis pecados y te pido perdón. Yo creo que Cristo Jesús murió por mí en la cruz y pagó por todos mis pecados. Reconozco que yo soy un pecador y que necesito de tu gracia y perdón. Por la fe, me identifico con Cristo y recibo el perdón que tú me estás ofreciendo.
Yo creo que Cristo Jesús murió y se levantó de los muertos para darme vida eterna y victoria sobre Satanás, sobre el pecado, y sobre la muerte. Gracias, Jesús, por morir en mi lugar y por ascender al Padre, donde tú estás preparando un lugar para mí para toda la eternidad.
Padre celestial, gracias, porque tú me salvaste y he pasado de la muerte a la vida. Ahora te pido que abras mis ojos espirituales para conocerte más y llegar a ser un discípulo de Cristo. Soy un hijo de Dios y ahora tengo parte en tu reino. Gracias, Señor, en el nombre de Jesús, Amén.
¡Felicidades! Acabas de tomar la decisión más importante que un ser humano puede tomar: la de entregarse a Cristo Jesús.
Ver como puedes tomar los Próximos Pasos >>> en nuestra congregación.